Cuando no se tiene mucho que decir o no se puede explicar lo que se dice (porque no se sabe, precisamente), es
preferible atenerse a las certidumbres. Sra. Fernández (como dice un amigo), interrumpo mis vacaciones
(que definitivamente no alcanzan los tres meses), para dejarle unas breves (pero ciertas) palabras
sobre sintaxis castellana, respecto de los últimos sucesos de público conocimiento. Yo no sé quién o por
qué se mató (a) Nisman, o si sus pruebas demostrarían su denuncia, o si le entregaron un "carpetazo", o si sus hijas estaban en el aeropuerto de Barajas, o si el fiscal "se la comía" y por eso lo mató su amante como le dijo un taxista
bruto a mi suegra. Tampoco sé (como verá, son muchas más mis dudas que mis certidumbres) si los chinos se molestaron por su "torpe broma pseudo-racista" (como dicen los portales de todos los periódicos del mundo),
o si las repercusiones de su simpática ocurrencia (así fue percibida por estos pagos) son sólo maniobras internacionales de desestabilización mediática. (A decir verdad, acá en Buenos Aires, tan atestada de minimercados chinos, la humorada fue bien recibida; aunque no todos podamos decir "tengo un amigo chino", sí podemos afirmar (y esto nos otorga autoridad moral para la risa) "tengo un chino en flente que vende el vino balato").
Sin embargo (en relación con sus últimos tuits), sí puedo explicar, si se me permite, con total certeza (tengo mi licenciatura, ¡puedo probarlo!) el uso del "sino" y del "si no". Para empezar, una aclaración necesaria, el origen del equívoco: el problema surge a
partir del fenómeno de la homofonía, accidente (frecuente en castellano)
que surge de la idéntica pronunciación de diferentes palabras. La versión separada (si no), encabezada por la conjunción "si", responde a la idea de la condición, de la suposición, que depende de otro evento: "si no fue asesinado para silenciar su denuncia, entonces...".
Por su parte, el "sino" versión todo-junto (como dicen mis alumnos) es una conjunción adversativa, que expresa contraste, oposición ("no fue un asesinato político sino pasional"). También, esta última versión denota excepción ("nadie podrá seguir la causa, sino Nisman") o la idea de unicidad ("no era necesario que apoyaran su denuncia sino asegurarle la vida") o, finalmente, denota adición ("no sólo Berni debería callarse la boca sino también D´Elia, Timerman, Larroque...").
Por otro lado, el significado del término "sino" remite al hado (del lat. signum),
es decir, el destino, esa fuerza inevitable e ineludible que obra sobre TODOS los dioses, hombres o sucesos (otro monopolio, para variar). Pero de esta última
acepción usted estará bien al corriente, dado que el destino de su
mandato está llegando a término, a pesar de esa fuerza (monopólica) que
intentó, incesantemente, lo contrario.
O será que usted, Sra., tan entendida y conocedora de todo, se refería, estando en China, a la
sinología (sino- deriva del griego Σίνα, que significa China, y -logía a su vez de -λογία, o tratado, estudio, ciencia), rama que estudia las lenguas y cultura chinas. De sus estudios (que descuento usted conoce con rigor, así como sabe de arquitectura egipcia), se
desprende la logradísima reproducción fonética de la pronunciación
china, exhibida con honesta alegría en su tuit, deliberadamente malinterpretado por fuerzas opositoras alrededor del planeta.
Para concluir: su último tuit, debería decir "Si no,(1) son muy, pero muy tóxicos". Descuento que instruirá a su asesor (y/o asesora y/o asesores y/o asesoras) de twitter sobre este asunto menor: el gramatical.
(1) Nótese la importancia de la coma, porque existe lo que se llama elipsis, que es la supresión de un elemento lingüístico del discurso, en este caso algo así como "si no lo digiero con humor, son muy, pero muy tóxicos" .
viernes, 6 de febrero de 2015
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¿Y desde cuándo al poder le importa la (denostada) gramática? Todo es igual, nada es mejor. Detrás del atril o del escritorio presidencial sonríe Minguito celebrando su victoria. ¿Acaso en el origen de las lenguas modernas no está Babel? ¿Acaso la "decadencia" de las lenguas no engendra nuevas lenguas? ¿Por qué no democratizar la(s) lengua(s) en favor de una inclusión universal y confiscar los vocablos que nos arrebató el imperialismo para devolverles su verdadero significado? El inglés "sorry" y el castizo "sabes" (en detrimento del colonizado "sabés") producen, como en la fórmula de Lautréamont, un estallido sintáctico que ilumina nuestra comunicación futura. La elipsis no es defecto sino apertura hacia la omniabarcadora ambigüedad. ¿A quién le importa qué debe digerirse con humor, si el exceso, el ridículo o el absurdo, cuando con veraniega alegría podemos elidir el objeto directo y dejar toda interpretación unívoca en manos de la Secretaría de Pensamiento Nacional que ya se ocupará de precisarlo? El sustantivo "sino" no tiene por qué coordinar en número con su toxicidad, porque todos sabemos que en la frase, codo a codo, sino a sino, somos mucho más que dos.
ResponderEliminarDice Marcelo Cohen ("Música prosaica, p. 72):
"…la realidad del ciudadano informado se adapta de arriba abajo al yeso del lenguaje. El candidato Massa dice: 'Si no endurecemos las penas de la trata , la violaciòn y el abuso, nos encontramos con que queremos seguir demorando el problema'. No, intendente: el supuesto deseo de DEMORAR EL PROBLEMA (¿no la solución?) no se ENCUENTRA; es previo a la decisión de endurecer o no las penas. Y las penas, si hablamos de ley, son A la trata; las penas DE la trata son las de las prostitutas, con las que nunca va a empatizar el que desdeñe las preposiciones. (…) Un titular de "Clarín" encuentra los "Primeros vestigios de una pelea por la candidatura de 2015", como si una elección futura fuese una ciudad sepultada. Mucho, me entero, "viene sucediendo desde hace años atrás"; nada, por suerte, desde hace varios años adelante. Suficiente. Munido de mate y fruta, subo a ejercer de deshollinador de la lengua; con una escala en el excusado, como Leopold Bloom."