martes, 26 de octubre de 2010

Amenza de bomba: cada vez menos FILO

Si no es por un grupo de adolescentes post-viaje de egresados que juega a la revolución y convierte la Facultad de Filosofía y Letras en un reality show bajo la modalidad piyama-party, algún tarado, que todavía no aprendió a respetar fechas de exámenes, llama desde el locutorio de enfrente y dice “hay una bomba”, para luego regocijarse perversamente viendo cómo 500 alumnos, docentes y no-docentes se acumulan sobre Puán y esperan que la policía, los bomberos y los perritos den una vueltita por los pasillos de la Facultad vacía.

Para qué sirve una amenaza de bomba:
  1. Para alertar a la gente y posibilitar que se retire de un lugar donde se colocó un aparato explosivo. En este caso, el terrorista es bueno y no quiere que nadie salga lastimado.
  2. Para causar alarma, pánico y obtener determinados beneficios bajo extorsión. En este caso, muy probablemente, la gente del Cefyl sea la responsable, siempre y cuando pertenezca al PO.
  3. Para sentir el poder. En este caso, se trata de enfermos que requieren tratamiento psicológico.
  4. Para hacer una broma. En este caso, no hay remedio.
  5. La quinta y última, ya mencionada, es para evitar reprobar un examen. En este caso, se ruega al "terrorista" abandonar sus estudios y enfrentar a su padre, madre o tutor.
La mala noticia es que, cualquiera sea la razón para una amenaza de bomba, todas las amenazas, y en todos los casos, se deben tomar en serio.

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