Título: Three sisters
Director: Bing Wang (China)
Una muestra de hiperrealismo
cinematográfico. No hay historia ni argumento. Un filme que busca
documentar, que exige, por parte del espectador, una constante reflexión: qué
se proyecta, por qué, para qué.
A pesar de la estetización fílmica
(el claroscuro barroco), la vida se narra a sí misma a través de
una cámara que está ahí, que simplemente está. Las personas (¿que
devienen personajes?) ignoran la cámara, casi no la perciben. La
paradoja del observador no parece reproducirse en Three sisters. La
cámara en mano, la mínima expresión de recursos, la ausencia de la
elipsis y la nulidad del relato suponen un espectador lúcido que
debe reponer la misma experiencia de lo proyectado. El transcurrir
monótono que reproduce la pobreza y la precariedad del ambiente
rural no se narra como tal, sino como una forma de vida o de
subsistencia. La narración (o lo que queda de ella) recae siempre
sobre un mismo acaecimiento: alimentar y alimentarse. Recoger piñones
para el fuego y estiércol para el abono de las tierras. Acumular
papas y vegetales. Actividades que reducen lo humano a su necesidad
más elemental: mantenerse en vida.
Bing Wang no recae ni en la mera contemplación ni en el golpe bajo. 153 minutos: para qué seguir.

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