Título: Yo y si no nadieDramaturgia y dirección: Omar Fantini
Fragmentación. Onirismo. Doblaje. Fonomímica. Dualidad. Muerte. Vida. Alucinación.
Este tipo de teatro (¿se dice teatro "under", "no convencional", "alternativo", "de autor"?) despojado de escenografía, obligadamente minimalista (oh presupuesto, oh financiación), presenta un arte que impone una serie de supuestos: que la lectura no será lineal, que no se contará una historia, que los actores dicen mucho más que sus líneas...
Sin embargo, la(s) cuestión(es) se (me) asoma(n): si detrás de la forma está el contenido, si los procedimientos aportan sentido, si la estética del despojo establece una relación causa-efecto, o si dicha estructura conlleva un sentido único y constante (sentido impuesto, arbitrario, convencional) relativo al género.
Yo y si no nadie oscurece el sentido y obstruye la lectura (hermeneútica) del texto, en tanto narración. Así, los procedimientos se presentan con mayor intensidad y se impregnan en el cuerpo y en las voces de los personajes; cuerpos traslúcidos que oscurecen cuando iluminan. Es allí, en los cuerpos, en las voces, en las miradas, donde reside el sentido e impacta la contemplación.
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