martes, 8 de febrero de 2011

La imaginación delirante como disfraz de la militancia

La urgencia, en el caso de Bruzzone y su literatura, está signada por factores biográficos e históricos ineludibles. En un sentido fundamental, las marcas externas que regulan la producción literaria de Bruzzone legitiman un novísimo modo de desacralizar el tratamiento de la temática que aborda Los topos
  
La aparente antimilitancia de esta novela resulta de la evasión alucinante que supone la metáfora del travestismo respecto del tema disparador de la trama. Sin embargo, leemos en Los topos un compromiso nuevo que ya no descansa en oposiciones mecánicas. Este relato ficcional y autobiográfico, que oscila entre historia y mito, entre la fatalidad trágica y el guiño burlesco, desmonta oposiciones y permite, entonces, revisar la relación entre literatura y política, replanteando definiciones axiomáticas y superando las limitaciones que éstas, ligadas a determinados contextos, suponen. Narrador, protagonista, autor se desplazan por una temporalidad en la que pasado y presente se superponen acentuando la denuncia y el rechazo ante una realidad que sólo puede ser representada mediante el artificio de una imaginación delirante. Narrador, protagonista, autor configuran una identidad mutante que aparece signada por la condición de hijo (como marca ineludible). Así, los personajes buscan y desaparecen, hurgan en sus orígenes y se disfrazan hasta borrar las últimas señas de identidad, perpetuando un movimiento constante e inevitable signado por la incertidumbre y la violencia. La búsqueda se da “a partir de algo que no se va encontrar y que está explícitamente puesto así, para que no se pueda encontrar, esa búsqueda nunca va a tener un final”, asegura Bruzzone

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